Arribé en Panamá unos días antes de la VII Cumbre de las Américas. Con unos dólares en el bolsillo y usando unas botas de invierno en un calor abrazador- las malas decisiones que uno toma cuando tiene un vuelo en la madrugada- caminé por primera vez en América Central, ese parte flaquita de América que hasta ahora solo conocía por mis clases de geografía- y las fotos de playas caribeñas en ads de Facebook. Y ahí estaba, en Panamá, el país que conecta América del Sur y del Norte.  

En efecto, un slogan de la Cumbre decía “Panamá donde el mundo se conecta”. Y es que, Panamá, como país anfitrión, tenía la misión de llevar esta expresión de un sentido literal a un sentido simbólico, pues mis expectativas y las de muchos era que la VII Cumbre fuese el espacio para conectar la historia, los desafíos y las perspectivas de la región. Hoy más que nunca necesitamos una visión sistémica que integre la historia que ha configurado nuestras sociedades, los roles que cada país desempeña en la región, los desafíos postergados y los impostergables y la perspectivas de desarrollo de nuestras naciones. Tarea difícil. Y en 2 días. Por eso muchos dicen que hay más de simbólico que de práctico en estas cumbres.

Durante los días que duró la Cumbre los líderes políticos de 35 países participantes se embarcaron en un ejercicio de diálogo sin precedentes, pues presenciábamos el debut de Cuba en la Cumbre. Además se buscó en la sociedad civil, el sector empresarial y las juventudes, las alianzas estratégicas para avanzar una agenda de desarrollo y cooperación entre los países de las Américas, es así que se realizaron foros paralelos a la Cumbre: el Foro de Jóvenes, el Foro de Sociedad Civil, el Foro de Empresarios y el Foro de Rectores. Yo asistí al Foro de Jóvenes, me dejaron entrar a último momento al Foro de Sociedad Civil, y vi por la televisión el primer día de la Cumbre de los mandatarios antes de volver a Perú.

¿Y cuáles fueron mis intenciones de asistir a tan pomposo espacio? Pues, como ya lo comenté yo una de las delegadas de Perú en el Foro de Jóvenes de las Américas. Asistí por 4 razones;

1. Aprender in-situ de lo que significa un proceso político regional, desde el lugar donde las papas queman, desde donde las protestas ocurren y la seguridad de Obama te hace imposible transitar por las calles, desde donde escuchas a los políticos hablándote con el corazón o con el prompter, desde cómo viven el proceso los más involucrados y los taxistas que te hacen conversación y te cuentan qué significa para ellos tener una Cumbre en su país.

2. Contribuir al espacio de diálogo juvenil a través de mi experiencia vinculada a la agenda de desarrollo sostenible, desde la educación para el desarrollo sostenible hasta la agenda de cambio climático con la que me familiaricé, en parte porque mi país fue anfitrión de la Conferencia de las Partes COP20 en noviembre del año pasado. En otras palabras, para impulsar la reflexión sobre estos temas en el desarrollo de la declaratoria juvenil del foro, y en las agendas de otros jóvenes asistentes.

3. Conocer personas, jóvenes y no tan jóvenes, personas que te enseñan y te inspiran, personas que solo siguen la corriente y las cámaras ( e igual te enseñan), historias que retan tu visión de las cosas y todo cuanto haya por conocer.

4. Conocer una isla con agüita celeste y un arrecife, no voy a mentir. (Y la conocí, San Blas es un paraíso)

Isla ina, san blas

Pues habiendo revelado mis intenciones quiero dividir mis impresiones sobre mi experiencia en la Cumbre en 4 mini-capítulos:

Capítulo 1:

¿Castro y Obama? ¿Prosperidad con equidad? Alguien dijo ¿desarrollo sostenible?

“Prosperidad con equidad” fue el lema de la Cumbre y buscaba posicionarse como el gran reto de las Américas, pero sabemos que ese y otro temas fueron opacados por el apretón de manos entre Obama y Castro. 


Un periódico llamado Nueva Prensa decía que la Cumbre giró más en esta lógica diplomática, política, que sobre el tema de equidad. Sin embargo, creo que igual vale la pena entender la pertinencia del tema de la Cumbre.  

En efecto, somos la región con los índices más altos de inequidad y frente a este desafío, la visión de desarrollo de muchos mandatarios de Estado caía no muy lejos del discurso de acelerar el crecimiento económico, la producción y solo entonces redoblar esfuerzos para que esa prosperidad económica permita a los países del continente superar la inequidad y la pobreza. Yo no me preguntaría si ese es el camino de desarrollo que Las Américas queremos seguir, me preguntaría si “la prosperidad con equidad” ES SUFICIENTE en un mundo que enfrenta retos ecológicos y sociales impostergables, que ponen en riesgo la sostenibilidad de nuestra especie. No de una ideología, no de un país, no de una región, sino de nuestra especie. ¿Acaso estamos dispuestos a seguir una trayectoria que nos lleve a repetir los mismos errores de los países llamados “desarrollados” que han agudizado la desigualdad y la degradación ambiental? ¿acaso queremos sostener el crecimiento del PBI, más de lo queremos el desarrollo humano de los latinoamericanos, más de lo que queremos el desarrollo ambiental de nuestros ecosistemas de los que tanto nos enorgullecemos? Y si la respuesta es no, ¿dónde está la capacidad de innovación de la región para proponer y construir una visión de desarrollo sostenible o una narrativa propia? Si bien las respuestas son complejas, ya no hay tiempo para hacernos las preguntas equivocadas.

Capítulo 2:

¿Qué dijo Obama? ¿Qué dijo Castro? ¿Por cuánto tiempo habló Maduro?

Obama confesaba que no le gusta estancarse en conversaciones de historia, que quería hablar del futuro, Maduro elegía dar lecciones de historia interminables (aunque una ocurrencia suya levantó sonrisas)...


Raúl Castro absolvía a Obama de las políticas de estado de Estados Unidos que han mantenido a Cuba bloqueada, Cristina Fernández planteaba el caso de las Malvinas. En fin, debo confesar que entre tema y tema compartimentado, sentí en general la ausencia de una narrativa de desarrollo propia de la región, sin embargo, hubieron elementos en discursos particulares y en espacios particulares que se asomaron tímidamente, y quizá a partir de estos podríamos hilar una visión emergente de desarrollo sostenible, que espero en otras Cumbres tome más relevancia.

Ban ki-moon, secretario de las Naciones Unidas, por ejemplo, señalaba 3 retos para la región: (i) redoblar los esfuerzos para la paz e impulsar diálogos para abordar las diferencias dentro de los estados, (ii) fomentar las prácticas democráticas y (iii ) construir e impulsar una agenda de desarrollo sostenible en la región. Así, Ban ki-moon reconocía la importancia de tener éxito combatiendo el cambio climático, especialmente para las regiones del Caribe, que son de las más vulnerables al cambio climático. Obama y Castro, las figuras más mediáticas de la Cumbre mencionaron, también, su preocupación por el cambio climático en sus discursos, lo cual me lleva al siguiente capítulo.

Capítulo 3:

Como Maduro ya dio suficientes lecciones de historia, yo hablaré de algo más: la agenda de cambio climático en la Cumbre

La agenda de cambio climático se hizo presente en los discursos de alto nivel en la Cumbre y, desde lo que pude observar, en los espacios de la sociedad civil y los jóvenes respectivamente.

En su discurso, Ban ki-moon, por su parte invitaba a todas las naciones a contribuir para forjar un acuerdo universal ambicioso que le haga frente al cambio climático, el cual se acordará en París durante la COP21. Manifestó que las Naciones Unidas apoyarán a los estados en este proceso.

Ollanta Humala, presidente de Perú, reconocía la importancia de superar las brechas de desigualdad en la región e invitaba a otros líderes políticos a reconocer que el tema de desigualdad tiene otras matices. Resaltó así el reto de cambio climático para lograr la equidad. “Esta lucha no debe darse solo en las COPS, sino entre COP y COP” decía y reafirmaba que la región será afectada por el cambio climático, desde la modificación del almanaque agrario hasta la agudización de fenómenos climáticos. Así invitaba a los países a ir más allá de la discusión del financiamiento del fondo verde y demostrar su liderazgo. Por cierto, México, Colombia, Perú ya han aportado voluntariamente dinero a este fondo. (Ver video de discurso de Ollanta)

Sin embargo, lo que no se hizo explícito en el espacio de alto nivel, es que los países de la región y de todo el mundo, en realidad, están en un proceso de construir las Contribuciones Previstas y Determinadas a Nivel Nacional o INDC por sus siglas en inglés, que son los compromisos en mitigación, adaptación y otros temas que cada país llevará a París para la COP21, esperando que el efecto agregado (o sea la sumatoria de estas contribuciones) sea suficiente para mantenernos debajo de un incremento de 2°C en la temperatura global.

La declaratoria de jóvenes del Foro, en cambio sí reconoció la importancia de elevar la ambición de los esfuerzos de los países y de involucrar a los jóvenes en los procesos de construcción de las INDC.

Capítulo 4:

No solo actualizamos nuestras fotos de perfil en facebook, también hicimos una declaratoria.

delegados del foro de jóvenes de las américas, organizado por el young american business trust

Sí, soy consciente que muchos jóvenes quedaron distraídos en perseguir a algún rockstar del escenario político internacional para el selfie respectivo y tengo la impresión de que esos detalles opacan nuestra imagen y le restan vitrina a nuestras propuestas. Pero no somos rostros, somos propuestas. Al menos muchos de nosotros. Dicho esto, el Foro de las Américas fue el espacio para que 300 jóvenes dialogaran sobre 4 temas vinculados con la VII Cumbre, Educación, Ambiente y energía, Seguridad y Migración y Participación Ciudadana y Democracia. Hubieron mesas de trabajo para cada tema en español y una para todos los temas en inglés, de la que yo tomé parte.

Mi mesa de trabajo se desarrolló con normalidad con una cantidad de 15 participantes aproximadamente, a diferencia del trabajo titánico que tuvieron que hacer los jóvenes de las mesas de español con 60 a 80 personas aproximadamente por mesa. Dicho esto, les recomiendo los acuerdos de estas mesas, que reflejaban las consultas previas presenciales y virtuales de muchos más jóvenes de la región, así como el diálogo y reflexión final de nosotros, los participantes de las mesas.

Aquí la declaratoria en español

Aquí la declaratoria en inglés

Bonus track: ¿Y ahora qué?

Ya se fue la seguridad de Obama de Panamá, los panameños podrán transitar librememente por sus calles, los jóvenes volvimos a nuestros países y ¿ahora qué para nosotros?

Primero, creo que ganamos mucho, sobre todo en historias y aprendizajes que compartir con los jóvenes que nos acompañan en nuestras luchas colectivas en nuestros países. Ganamos también en actitud, pues estos hitos nos forman y cómo nos desenvolvemos también dice mucho de nosotros. Buscar a las personas para la foto o para conocerlas, hacerte escuchar plantándote frente a la “celebridad política” o acercarte a esas personas para preguntar humildemente, entender su posición y entonces hablar, haber paseado por el país viendo lo turístico o haber intentado conocer a Panamá desde sus lados menos fotografiados y desde lo que otros jóvenes panameños tenían que contar. Todas esas - y más- son decisiones que tomamos durante nuestra experiencia en la Cumbre y que van determinando la calidad de nuestra participación.

De otro lado, creo que tenemos el reto de superar el mito de la creación de redes. Trabajar bajo las prioridades de nuestra declaratoria no significa tener que generar una red engorrosa para hacerlo o suscribirte a una. En realidad cada vez me he vuelto más suceptible a la necesidad de las redes, o en todo caso a la pertinencia de ellas, o de las tareas que en ellas se desempeña en ellas.

Articular no refleja el grado de madurez de las personas que se incorporan a la red, ni de las instancias que ellas representan. Mal gestionadas son un arma letal para escalar errores no resueltos o debilidades de sus partes, para magnificar el desconocimiento de las coyunturas nacionales, para elevar figuras que buscan reconocimiento, etc. Sí son un peligro, pero también son una oportunidad para cooperar. Lo bueno y lo malo depende como en todo con el sentido crítico y la claridad con la que entremos a estas redes.

Lo importante es que, más allá de ellas, logremos seguir conectados con aquellas personas que comparten nuestra visión del mundo, del desarrollo que queremos para nuestra región. Lo importante es generar sinergias de lo conversado allá con lo que cada quien hace en su propia localidad y país. 

Aún sigo expectante sobre la forma que irá tomando la Red de Jóvenes de las Américas y espero que se convierta en una herramienta y mecanismo representativo y no en un espacio vacío y protocolar. Y claro que estoy dispuesta desde ya a aportar a su fortalecimiento. Mientras tanto, sigo trabajando con aquellas personas que conocí en el Foro y que hoy son amigos y compañeros de proyectos.

eNGLISH WORKING GROUP- ALL THEMES. we nailed it!

mIS GRANDES AMIGOS DE PANAMÁ!

FORO DE SOCIEDAD CIVIL